Paso del asombro al éxtasis, yo que muchas veces dude del talento, del genio, de la maravilla, que incrédulamente me acerqué a observar la obra de un gran maestro hoy me trago mis palabras, Dalí...uno de los genios del arte.
8:00 a.m. Vic, Barcelona, Vladimir, un gran y buen amigo, bulgaro casado con una maravillosa mujer a la que admiro y quiero, Gergana Vlamidirova me levanta después de mi primer noche en su lindo hogar. Vic, Barcelona es un pequeño y hermoso pueblo, un municipio de la comunidad autónoma de Cataluña, capital de la comarca catalana de Osona que se encuentra en medio de una planicie que lleva su mismo nombre Plana de Vic, equidistante de Barcelona y Francia. Posee uno de los conjuntos medievales más sugestivos de Cataluña. La ciudad es también famosa por sus embutidos. Entre ellos sobresale la longaniza de Vic, pero el más conocido es una de sus variantes comerciales, el fuet.
Pero en cuanto sus monumentos, cabe destacar el templo romano de Vic, del s. II, también declarado Monumento Nacional y Bien de Interés Turístico y Cultural, y forma parte de la zona arqueológica de Vic, declarada una de las siete maravillas arquitectónicas de Cataluña y, antiguamente, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, pero actualmente solamente declarado Monumento Nacional. También es importante su Universidad y su Catedral. Pero hay una cosa única en Cataluña que el viajero se pierde si no está documentado: La Iglesia de Sant Feliu de Savassona. Está situada en una colina, y pertenece a Vic pero comprende la población de Tabérnolas. És único en Cataluña, porque es la única iglesia mozárabe auténtica de la región que se sitúa en un castillo.
Me despierto, me baño, desayunamos un rico pan hecho con trigo acompañado de mermelada de naranja agria, es delicioso y exótico su sabor, tan sugerente como lo metafísico del paisaje en vic, uno puede mirar de día la neblina que hace del paisaje algo místico y filosófico. Partimos a la vía rápida Gergana, Vladimir, Ioan que es su hermoso niño de 3 años y alex, un apuesto inquieto y lindo niño de 8 años. El camino lleno de hermosos paisajes que con la penumbra de la neblina los vuelve obras de arte que se sienten y se respiran, vamos camino a Figueres, ciudad donde nación nada más ni nada menos que Dalí.
Camino a Figueres vamos charlando y cantándo, resulta ser que a Ioan el pequeño genio de 3 años le encanta Queen, vaya que tiene oído para la buena música el nene y canta gustoso una de sus canciones favoritas de aquel grupo de culto, el paisaje es bello, montañas, neblina, pinos...
Hemos llegado al lugar esperado, el Museo Teatro-Dalí, inaugurado en 1974 este museo guarda buena parte de la obra del genio. De principio una escultura magistral que me asombra, mezcla bronce y un tronco de arbol que forma el cuerpo de la estructura, me envuelve, me lleva me pierde esta pieza...es el vigilante que franquea el castillo de magia que es el Teatro Museo Dalí en Figueres.
Entramos y sin lugar a dudas el espíritu surrealista gobierna este sitio, la línea en los dibujos que nos reciben nos grita al oído el nombre de un talento como lo es Dalí. Escenas de personajes creados por la imaginación del artista hacen que el ojo pierda referencia entre lo real y lo fantástico, entre el sueño y el horror, entre la paz y la guerra, es un escenario de imágenes que trastocan la pasividad de quien lo observa, es el juego de formas que acarician el alma y la golpea con el talento de lo que un verdadero artista puede provocar.
Hay una pieza en especial que me provoca pánico parecido al que siente el amante al mirar por primera vez a su mujer desnuda... asombro cubierto de miedo, risa que se viste de llanto, paz que provoca el dolor de la muerte... "Retrato de Gala Riendo", aquí el maestro realiza un esbozo de Gala, su musa, sentada mirandolo, es el trazo en lápiz en el cuerpo, trazo firme y seguro, ondulante, delirante, con la perfección figurativa propia del artista que lleva a uno a la catarsis y lo encamina a la culminación de la plenitud que se consigue al observar la cabeza de Gala pintada en óleo, bella, hermosa, sonriente, mágica y perfecta es la pieza...tan hermosa en su expresión que puedo arriesgarme a compararla con la Gioconda de Da Vinci, este ambiente de seducción, solemnidad y liturgia conseguida en la expresión de la sonrisa de la Gioconda uno la encuentra en "Retrato de Gala Sonriendo", es aquí cuando me desarma Dalí y me captura asombrado, delirante, babeante por lo que me produce con esta pieza. Pude quedarme todo el día de hoy mirando esta pieza, si no es porque no quise desgastar esta emoción que me provocó ver esta obra maestro, simple, hermosa, contundente, es entonces cuando acepto el genio de Dalí, grande y poderoso en su talento, en su misterio, en su gloria...
Herza Du Valca en Figueres.
