domingo, 31 de julio de 2011

ESPIRAL

Agota la vida con voracidad de perro herido
agota el llanto sumiendo la cara en un río
agota el sueño hasta volverte el sueño mismo.

Agota la calma en la sempiterna espera
agota la carne, la piel déjala embarrada en lo que amas
agota toda catástrofe en tu vida con ironía.

Agota las palabras hasta inventar un nuevo lenguaje
agota la muerte paseando a diario con ella
agota las manos agarrándote del aire

Al final nada termina.

Herza Du Valca.

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