EL AULLIDO DEL PULSO

Desde dentro de mi, de ti, del oscuro pardo de tus ojos, del carmín de tu sexo, desde el ángulo alargado de tus nalgas, desde el exilio de tus reclamos, desde todos los frentes de batalla, desde el territorio en el que nuestros cuerpos se vuelven armas de destrucción masiva y convertimos la muerte en algo pequeño.

Desde este otro lado de la pantalla, desde el comienzo de todo escrito, desde el punto y aparte del final de un mensaje de amor encendido, desde la caravana que acompaña a los muertos de olvido, desde que naciste y yo moría en tu vientre, desde que fuimos uno y uno ahora somos de nuevo, desde que fui célula, luz y esperanza, desde que la noche viene sólo para reclamarme que no duermes conmigo.

Desde dentro de tu alma de agua, desde que parí tu cuerpo a través de mi cuerpo, desde que mi boca perdió el gusto porque no te besa, desde que mis manos no hayan que tocar porque no te tengo...

Desde dentro, desde el aullido de mi pulso... desde allí te necesito.

Herza Du Valca