lunes, 19 de abril de 2010

LA PESTE DEL INTELECTO

La enfermedad es la cura para acabar con los días blandos, las sábanas blancas del hospital es el escenario donde pasean los macabros días de soledad y alquimia. Hoy me convierto en pez, en grillo, en escarabajo pelotero, y arrastro la mierda que he ido acumulando toda la vida, sin embargo, pese a toda desaprobación del pudor, es glorioso al tacto del olfato el excremento de mis pensamientos más violentos, la peste de este aliento que ensucia tu recuerdo profanándolo con el recurso del onanismo, es por esto que vuelvo a lo ya dicho, la enfermedad sanará el brillo blanco de la lucidez que me golpea en los intestinos y provoca mi falta de apetito por el mundo, ya nada saciará esta hambre que no tiene hartazgo.

Herza Du Valca

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